El pasado sábado, cómo tenía día libre, decidí pasar el día en Brighton. Esta ciudad se encuentra en la costa sureste de Inglaterra. Fue un viaje express ya que solo estuve unas horas, pero fueron las suficientes para enamorarme de esta ciudad. Ya había estado en ella hace ahora ocho años, que se dicen pronto, donde pasé dos semanas con una beca para estudiar inglés.
El viaje lo empecé en North Laine, barrio residencial y de compras. Es el barrio bohemio y cultural de Brighton. En él podemos encontrar numerosas tiendas vintage o retro, en las cuales se vende de todo, desde libros y comics de segunda mano, CDs, ropa sobre todo, zapatos y miles de variedades de utensilios y decoración. También existen tiendas de muebles que pertenecieron a los años 50 y que provienen de diferentes países del mundo.
No sólo se puede encontrar ropa. También se puede comprar arte en
las numerosas galerías que existen en este barrio. Otro tipo de tiendas que
encontramos son aquellas especializadas en el cuidado del cuerpo y la piel,
entre lo místico y espiritual. Y cómo no, instrumentos musicales de segunda
mano. Yo no sabía ni podía creer que tantas cosas se pudieran comprar de
segunda mano y todo lo que estas personas que se dedican a este negocio pueden
coleccionar durante años.
Cerca de North Laine, me encontré con el Royal Pavilion. El Royal
Pavilion es una palacio
construido en el siglo XIX para Jorge VI de Inglaterra. El motivo de
construcción fue porque, según se contaba, las aguas del mar de Brighton eran
medicinales y el médico del príncipe por aquel entonces, le recomendó venir a
esta ciudad para curar su gota. La ciudad, que por aquel entonces solo era un
pequeño pueblo pesquero, se fue convirtiendo en el centro turístico que es hoy.
Pues bien, este rey, que fue un derrochador nato, amante de la arquitectura
oriental, contrató al arquitecto John Nash, que convirtió en poco años la
pequeña granja que el rey había comprado en el gran palacio que es hoy. La
llegada de la reina Victoria significó la venta del palacio, el cual lo compró
el pueblo de Brighton, el cual lo abrió al público.
Durante la Primera Guerra Mundial , el Royal Pavilion se empleó como hospital para soldados de la India, lo cual causó daños graves en él. Durante los años veinte, la reina María financió la restauración del palacio. Actualmente el Pavilion está abierto al público. También es usado para realizar otros eventos, como bodas.
La última parada de mi veloz visita fue el Brighton Pier, un
parque de atracciones construido en un muelle de madera en el mar. Mi primera
pregunta cuando vi esta genialidad fue ¿y cómo aguanta todo este peso? .Cuando
entramos en su interior nos encontramos bajo una gran cúpula y, dentro de ella,
un gran salón recreativo. Al salir de esta estancia, al aire libre, se
encuentran las atracciones de feria, de las cuales podemos disfrutar de montañas
rusas, coches de choques, toboganes, entre otras. Y como en toda feria, no puede faltar los
puestos de algodón de azúcar, manzanas de caramelo, crepes y donuts con
chocolate, helados y, el gran fish and chips.
Como nueva atracción turística , en 2011, se inauguró el Brighton
Wheel, una gran noria en la playa cerca del Brighton Pier, desde la cual los
miles de turistas que visitan esta hermosa ciudad pueden ver desde ella toda
Brighton.